Leo la reciente entrevista que Alberto Ojeda hace a BHL (Bernard-Henri Levy) en El Cultural hace unos días con motivo de la gira de su obra de teatro “Looking for Europe”. Sigo a este intelectual desde hace décadas, siempre luchando por causas perdidas, utópicas. También parece serlo ahora la Europa unida que él defiende a capa y espada. Dejando la entrevista aparte, aunque sumamente de interés por la agudeza del pensador, me sorprende gratamente el final.
Tras cuatro páginas de diálogo y argumentos políticos y filosóficos, el entrevistador le pregunta si “atisba esperanza en el proyecto europeo”, y él contesta que sí, que en la obra puede verse que todo el quinto acto –dice BHL– “está cargado de esperanza. De esperanza política. De esperanza poética. Porque solo la poesía salvará a Europa del chapapote del populismo. La Europa romántica y poética en la que creo. Y por la que me bato.”
Y, aunque ignoro si será suficiente, este final tan inesperado a mí, que intento vivir día a día de la mano de la mirada poética, a partir de micropoéticos actos cotidianos, me lleva a confiar un poco más en la utopía que me acompaña desde hace décadas también: la certeza de que el mundo puede ser mejorado con la palabra.